viernes, 5 de octubre de 2007

Domingo 27 durante el año - 7 de octubre 2007

Queridos amigos y amigas, saludos, una vez más, desde esta comunidad de Viladecans, y muchas felicidades a las Pilars y a quienes tengan o han tenido recientemente motivos de alegría y de fiesta. Solidarios en los gozos y solidarios en las tristezas.
Y vamos con el comentario de este domingo.
La petición que hacen los apóstoles a Jesús - Señor, dános más fe- tendría que constituir también nuestra oración cotidiana.
El texto del evangelio de hoy es un pequeño fragmento de Lucas, donde se recogen dos temas que en principio no parecen tener demasiada conexión: el poder de la fe, y la parábola de los siervos.
La fe, se ha dicho siempre, mueve montañas, y Lucas afirma, en el mismo sentido, que la fe tiene una gran fuerza, aunque sea una fe tan pequeña como un grano de mostaza (que a pesar de ser una semilla muy pequeña, da lugar a un gran árbol); y afirma también que por débil que sea la fe, puede conseguir cosas que parecen humanamente imposibles.
Para entender mejor estas comparaciones que utiliza Lucas, hay que tener en cuenta que en Israel tanto la mostaza como la higuera eran símbolos de fecundidad y que, por elo tanto, lo que se nos quiere indicar verdaderamente es que la fe siempre es muy fecunda, es decir, produce y ha de producir obras.
Fe es creer que el único que merece nuestra confianza incondicional es Dios. Fe es atender a su Palabra, que es portadora de vida. Fe es creer en la persona de Dios, cuyo amor nos rodea constantemente. Fe es confiarnos al Espíritu.
Por otra parte, la pequeña parábola de la segunda parte del texto se refiere a cuál ha de ser nuestra actitud hacia Dios.
Partiendo de que la fe es un don gratuito de Dios, está claro que delante de El solamente nos podemos considerar siervos suyos y que, por lo tanto, no ha de estar Dios agradecido por lo que hacemos, sino que somos nosotros los que estamos agradecidos por aquello que El nos da cada día.
Y me gustaría terminar mi comentario de hoy con una conocida oración, que va en la línia de la petición de los apóstoles a Jesús:
Creo, Señor, pero ayuda mi poca fe.
Creo en Ti, elPadre, con quien puedo contar siempre
Creo en Jesús, camino estrecho, verdad segura, vida verdadera
Creo en el Espíritu, que me libera de la tierra
Creo en la Iglesia que dice sí a Jesús y camina, desde sus pecados, construyendo el Reino
Creo en la bondad y en la limpieza de corazón,
creo en la exigencia y en la pobreza
creo que el perdón es mejor que la justicia,
creo que es mejor dar que recibir
creo que servirte es servir a los seres humanos,
creo quemi vida tiene un valor y un sentido,
creo que me quieres y me ayudas,
creo en Ti, Señor, pero ayuda mi poca fe.

Un cordial abrazo para todos, Manel

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