viernes, 9 de febrero de 2007

DOMINGO VI DURANTE EL AÑO

Queridos amigos y amigas, recordemos las palabras del Magnificat: las obras de su brazo son potentes, dispersa a los hombres de corazón altivo, derrriba a los poderosos de su trono y ensalza a los humildes. Llena de bienes a los pobres y a los ricos los despide vacíos, porque creo que son la mejor síntesis del texto que hoy nos propone la liturgia. Muestran la gran novedad y la gran paradoja del evangelio: hay ganadores que son perdedores, y hay perdedores que son ganadores...
Lucas dirige su evangelio a una comunidad donde hay grandes diferencias entre pobres y ricos, diferencias que generan, naturalmente, una situación de grave injusticia social. Por eso, su redacción de las bienaventuranzas difiere tanto de la redacción de Mateo. Este hablaba de actitudes espirituales, interiores, de las personas (escoger ser pobre, luchar por la paz...) que las sitúan en el camino del Reino; mientras que Lucas habla de una realidad donde hay personas que son pobres materialmente, y pasan hambre y grandes sufrimientos y marginaciones, mientras que a la vez hay personas que son ricas, prepotentes y opresoras. Y entonces, en contra de lo que suele pensarse _ que los pobres son infelices y lor ricos, felices- Lucas expone que según el pensamiento de Jesús las cosas no siempre son necesariamente así.
Jesús no mitifica a los pobres como tales, como no condena tampoco radicalmente a los ricos como tales. Lo que deja bien claro es que en estas situaciones de injusticia, Dios muestra su predilección por los oprimidos, quiere que luchen para hacer posible su proyecto, que es que todos seamos iguales, y les dice que su situación, interiorizada y vivida con fortaleza, los coloca en el buen camino del Reino, ya que ponen mucho más su confianza y su esperanza en Dios, que no los ricos, que piensan que no le necesitan porque ya lo tienen todo.
La verdadera felicidad interior pasa por actitudes de amor, de justicia, solidaridad, fraternidad y paz, y estos valores se encuentran mucho más al alcance de los pobres y sencillos, que no de los ricos y poderosos, porque estos cifran con frecuencia su felicidad en actitudes de poder, posesión de bienes materiales, placeres y abusos de las personas, actitudes que habitualmente generan caminos de violencia, luchas, ansiedades y frustraciones.
MANOS UNIDAS
Este domingo coincide con la Campaña de Manos Unidas contra el hambre, que este año lleva el lema de ¿Sabes leer?. Ellos, no. Podemos cambiarlo. ¿No es una autentica barbaridad que en pleno siglo XXI, 125 millones de niños en el mundo no esten escolarizados?. Otro mundo es posible, podemos cambiar las cosas, pero todos tenemos que aportar algo. Denunciar y compartir.
Amigos y amigas, hasta la semana próxima.
Manel

jueves, 8 de febrero de 2007