viernes, 17 de agosto de 2007

Domingo XX durante el año

Queridos amigos y amigas, paz y bien en este nuevo domingo.
Ya quedó explicado que el evangelista Lucas articula gran parte de su evangelio en torno al viaje de Jesús desde Galilea a Jerusalén, y es en este camino donde Jesús va dictando a sus discípulos un auténtico cuaderno de ruta para la que será después su misión.
El primer punto que llama la atención en el texto de hoy son las expresiones "he venido a prender fuego en el mundo y ojalá estuviera ya ardiendo" y "no penséis que he venido a traer paz al mundo, sino división"... Unas afirmaciones que a primera vista, sin duda, resultan desconcertantes.
¿Preconiza Cristo el sentido belicoso, la violencia y la división entre las personas? ¿?No se contradicen estas palabras con tantos y tantos otros textos que encontramos en los evangelios?.
Es obvio que no y, por lo tanto, tendremos que entender bien qué quiere decir Jesús cuando dice esto.
El fuego, como ya es sabido, significa en la Bíblia un signo de la presencia activa de Dios en el mundo (recordad el pasaje del Sinaí y otros muchos). El fuego ilumina, calienta, deshiela... y éste es el fuego que Jesús ha venido a traer al mundo. Su misión no es condenar al mundo, sino salvarlo, y Cristo mismo es el fuego de la presencia activa de Dios en un mundo ahogado por el frío y el desamor. Esta será también la misión de los cristians y cristianos que sigamos al Cristo.
Y en relación con la paz, las palabras de Jesús se entienden bien, porque la comunidad cristiana a la cual dirige Lucas su evangelio ya ha experimentado en su propia carne la persecución a causa de Cristo. Jesús ha venido a traer al mundo la paz auténtica que es fruto de la justícia y de la libertad, no la paz de los falsos pacifistas, o de los resignados fatalistas, o la paz de los muertos. Jesús ha venido a traer vida, y el mismo Lucas, en el inicio del evangelio, ponía en boca de Simeón, dirigiéndose a María, que aquel Hijo "sería signo de contradicción". En la comunidad de Lucas ya empezaba a ser frecuente que la adhesión personal a Jesús por parte de un judío o de un pagano fuera causa de rechazo, y muchas veces por parte de los mismos miembros de la família, o del círculo de amigos.
Podríamos decir, pues, queridos amigos y amigas, que el evangelio de hoy es una advertencia y una premonición: "todos los profetas, que luchen por la presencia activa de Dios en el mundo (fuego) y el triunfo de la justícia y la libertad, como fundamentos de la verdadera paz, sufrirán incomprensiones y persecuciones y hasta la misma muerte, como el Cristo (su bautismo de sangre).
Con el deseo de que tengáis un feliz domingo y una buena semana, hasta la próxima, si Dios quiere, Manel.

Domingo XX de durante el año