Pero nosotros hemos tenido muchas oportunidades, y es de justícia que otros las tengan, sobre todo los más débiles y pobres, que seguro que las aprovecharán mejor que nosotros.
Semos, pues,m generosos en nuestra oración y en nuestra aportación económica, mostrándonos como la auténtica retaguardia de los misioneros y misioneras de vanguardia.
Por lo demás, el evangelio de hoy, con la parábola de la viuda inoportuna, nos muestra la necesidad de razra a Dios con constancia y perseverancia para que mueva el corazón de las personas.
LLegar a implantar en este mundo plenamente el Reino de Dios es nuestra gran utopía, y no podemos dejar de trabajar para que sea posible, aunquemuchas veces nuestras tareas y nuestros esfuerzos no tengan un final feliz como el de la parábola.
Ciertamente no tenemos a veces una idea adecuada de Dios, porque pensamos demasiado en el Dios omnipotente y todopoderoso, como si tuviera que ser un Dios justiciero y vengador de los pobres, mientras que el Dios de Jesús es el Dios que respeta al máximo la libertad de las personas y se pone en camino junto a nosotros, sin dejarnos nunca de la mano.
Rezar no es repetir sin más fórmulas y palabras.
Rezar es una actitud de confianza en Dios, en un Dios que a veces no entendemos, pero que sabemos que nos ama y no nos defraudará.
Rezar es acudir a Dios cuando nuestra fuerzas ya no pueden más y acudir a El para que nos dé más fuerzas.
Rezar es tener la fe y la confianza suficientes como para pensar que los derechos de los débiles son los derechos de Dios.
Amigas y amigos, buen domingo, y hasta el próximo.
Manel
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