sábado, 11 de agosto de 2007

Domingo XIX durante el año

Queridos amigos y amigas, buen domingo.
El evangelio de hoy, en su primer párrafo, es una continuación del texto del domingo pasado. Entonces se nos decía "es preciso hacerse rico a los ojos de Dios", y hoy nos dicen "atesorad un tesoro en el cielo...Donde tengáis vuestro tesoro, allí tendréis vuestro corazon"
Queda claro, entre los dos textos, que el paso del ser humano por este mundo, desde el punto de vista de una persona creyente, queda enmarcado en el equilibrio entre estos tres ejes:
–el ser humano es un ser de necesidades materiales, y precisa de unos bienes que le posibiliten vivir de acuerdo con su dignidad, pero siempre en comunión con las necesidades y la dignidad de los otros
–por otra parte, la duración de la existencia humana es pasajera y caduca, y su final siempre es incierto
–por lo tanto, consciente de esta realidad, la persona humana que cree en una trascendencia más allá de esta vida, relativiza el afan de posesión de bienes materiales y sabe que lo que cuenta a los ojos de Dios son los bienes del espíritu, los valores del Reino y el sentido de una vida provechosa y aprovechada.

Pero conseguir este equilibrio no es fácil, y aquí viene la segunda parte del evangelio de hoy: " la necesidad de una vigilancia activa sobre nosotros mismos y sobre nuestras comunidades, a fin de no acomodarnos al espíritu contrario al proyecto de Dios".
Antes de la venida definitiva de Dios para llamarnos de esta vida, hay numerosas venidas y presencias de Dios en la vida cotidiana personal y eclesial. Y es a estas llegadas a las que hay que estar vigilantes y atentos.
Ojo, finalmente, con las últimas palabras de la lectura de hoy: "todo el mundo exige mucho de aquellos a los que les ha dado mucho, todo el mundo reclama más de aquellos a los que ha dado más...
Nosotros somos unos auténticos privilegiados,y esto ha de urgirnos a exigirnos más en el sentido que le queremos dar a nuestra vida.

Amigos y amigas, buena reflexión, buen calor, y hasta la semana próxima. Manel