viernes, 7 de diciembre de 2007

Inmaculada y Segundo de Adviento 8 y 9 diciembre

Queridos amigos y amigas, hoy dos en uno...
en la página impresa he titulado la primera homilía María llena de gracia, anima nuestra fe. Y, en efecto, cada año, cuando nos encontramos preparando la Navidad, se nos presenta esta fiesta de aquella que fue la primera en preparar la venida de Cristo a la humanidad.
María entró en la historia a partir de una promesa, cuyo cumplimiento esperó con fe y con una disponibilidad absoluta: tendrás un hijo y le pondrás el nombre de Jesús.
María anima nuestra fe en este tiempo de Adviento, porque toda ella fue Adviento: creyó y esperó: feliz tú que has creido, le dirá su prima Isabel.
La fiesta que hoy celebramos exalta un privilegio de Maria: la que tenía que ser madre del Cristo fue preservada, ya en su concepción, de toda culpa de pecado. El clásico argumento teológico que llevó al pueblo cristiano a venerar este privilegio es muy sencillo: Dios lo quiso hacer, lo podía hacer, lo hizo...
Pero como no hay ningun texto del evangelio que avale este misterio de la inmaculada, la liturgia vuelve a leer hoy el pasaje de la Anunciación. Y hay un punto que llama la atención, Mientras que la anunciación a Zacarías e Isabel sobre el hijo que tendrán se realiza en el templo, la anunciación a María se realiza en su casa. Y María dialoga con el mensajero, analiza la propuesta, pregunta, escucha, quiere entender bien el proyecto de Dios, y solamente despuès de todo esto, se pone a plena disposición. Imitémosla. También a nosotros Dios nos envía muchos mensajes, y no necesariamente en el templo, sino en la vida cotidiana. Y también nosotros tendremos que analizar, preguntar y escuchar. Y entender qué quiere Dios de nosotros, y ponernos a total disposición. Pues ya tenemos faena...

Y vayamos, amigos y amigas con el segundo domingo del Adviento.
Hoy sobresale la figura de Juan Bautista, con su mensaje: preparemos los caminos del Señor para que pueda acceder.
Juan Bautista es descrito a la manera de Elías, porque en creencia común en el judaísmo que Elías volvería a la tierra para preceder al Mesías... (antes del día del Señor)
Juan Bautista habla de caminos y dice el texto que salían a su encuentro judíos venidos de toda Judea y de toda la región del Jordán. Despertaba expectación.
Pero no todo eran éxitos. Tuvo que desvelar y denunciar aquellos que caían en la trampa de la aparariencia. No es lo mismo ser que aparecer. Los fariseos pensaban que ellos eran el modelo religioso del pueblo; y los saduceos eran los dominantes y los que manejaban la economía, la política y la religión del pueblo. Por eso Juan Bautista denuncia sus apariencias y autosuficiencias. Que dejen de invocar el ser hijos e hijas de Abraham. Que Dios de las piedras puede incluso sacar hijos e hijas de Abraham. Que lo que cuenta son los hechos y los frutos. Aunque tampoco se trata de una cuestión de eficacia, sino de saber corresponder generosamente a las oportunidades que Dios nos da.

Amigos y amigas, hasta la próxima semana.
Manel