viernes, 5 de enero de 2007

1 de enero 2007 – Fiesta de la Epifanía
Las seis etapas
de un viaje
Mucho más allá de su carácter simbólico y de su vertiente popular, la fiesta de los Magos nos ofrece una espléndida catequesis sobre nuestro propio proceso de creyentes en camino. Fijándonos en su viaje de Oriente a Belén encontramos hasta seis etapas que merecen una especial consideración:

1) ven una estrella y se sorprenden. Lo cual muestra que se trata de espíritus abiertos a la renovación y a la posibilidad de creer y esperar que siempre puede suceder algo nuevo. Leen los signos de los tiempos

2) reflexionan, dialogan y escuchan su voz interior. Aciertan a descubrir que aquella estrella era distinta, que era especialmente luminosa y lo suficientemente atractiva como para dejarlo todo e ir a comprobarlo

3) salen de su ámbito propio y se lanzan a la aventura de la fe. Saben que no pueden quedarse indiferentes a la llamada interior y que no se pueden dejar pasar reiteradamente las oportunidades

4) afrontan las alegrías y las dificultades del camino, los gozos y las tristezas, los desconciertos y las esperanzas, los miedos y las dudas... Han experimentado y vuelven a experimentar que no hay meta valiosa que no comporte un camino lleno de contradicciones y de pruebas

5) encuentran lo que buscaban, y lo encuentran en la debilidad compartida, No buscaban poder, sino a un Dios salvador; no venían a quedarse con un botín, sino a acariciar a un Niño; y caen de rodillas para mostrar su profundo agradecimiento

6) cambian de rumbo y vuelven a su casa por otros caminos. Porque quien ha visto o ha oído, ya no puede seguir siendo ciego o sordo a las exigencias de su conciencia, sobre todo cuando ésta le dice que anda equivocado. Rectificar a tiempo es sinónimo de salvación y de felicidad.

¿Cuántas veces nos ha sucedido lo que les pasó a aquellos personajes en su viaje? ¿Cómo reaccionamos nosotros?
A Belén se llega siempre por el camino de la fe. Belén es la casa del pan compartido.

1 comentario:

Antonia dijo...

Em pregunto el per què els catòlics occidentals donem més importancia al Nadal que a l'Epifania. Té a veure amb el fet que les festes religioses cristianes es superposaven a les festes populars romanes o hi ha unes raons més teològiques?.A mesura que llegeixo més sobre l'Epifania trobo que s'apropa més al món d'avui, és una manifestació de la presencia de Déu en la història de l'humanitat més universal, més plural, més dinàmica. M'agrada l'imatge d'uns personatges diversos que es posen en ruta. Els Mags van a buscar Jesus seguint una crida, uns signes, una ruta.No vull però menysprear el simbolisme dels pastors ( homes de cor senzill i humil) ni el fet d'una manisfestació gratuïta de Déu que surt al seu encontre.
Potser no és cap comentari profund ni interessant però, si més no pot servir per animar a d'altres i fer més viva aquesta iniciativa d'en Manel.
Antonia