jueves, 17 de mayo de 2007

Ascensión del Señor - 20 de mayo 2007

Queridos amigos y amigas, llegamos hoy a los cuarenta días de Pascua y celebramos la llamada Ascensión del Señor.
Empecemos por advertir que es Lucas el único escritor que, al comienzo del libro de los Hechos y al final de su evangelio, tal como hemos visto en los textos de hoy, habla claramente de la Ascensión como de una ascensión visible y una ocultación pública del Señor. Por otra parte, también llama la atención que entre ambas narraciones, aún siendo del mismo autor, hay algunas diferencias.
Vayamos por partes.
–cuando Lucas escribe el libro de los Hechos, las comunidades cristianas comenzaban ya a ver que la parusía, o segunda venida del Señor, no llegaba ni parecía inminente, como muchos habían creído, y esto pedía una explicación teológica.Lucas, entonces, intenta mostar que con la Resurrección del Señor la historia no ha llegado al fin y que la Pascua significa que Dios crea un espacio y un tiempo para que la Iglesia, es decir, la comunidad de los que crean en El, se desarrolle hasta los confines de la tierra, y que, por lo tanto, es erróneo quedarse mirando al cielo. De hecho nosotros hoy estamos todavía en este momento de la Iglesia que ha de mirar a la tierra, mientras esperamos el cumplimiento de nuestra esperanza, la manifestación de Jesucristo, nuestro Salvador...
–por otra parte, Lucas habla de nubes y de ángeles, que son signos bíblicos muy conocidos para expresar la presencia de Dios. Jesús, pues, está presente en la Iglesia. No nos ha dejado solos.
–finalmente, en la narración del final de su evangelio, Lucas ya no habla de nubes ni de ángeles, pero sí apunta dos hechos nuevos: Jesús bendice a los discípulos, y ellos, le adoran. Es el fin glorioso de un gran personaje. Jesús era el Hijo de Dios y los discipulos lo habían entendido después de la Resurrección. La historia de Jesús llega a su fin y los discípulos entienden la dimensión y la profundidad de este acontecimiento.

Y después de estas explicaciones, un par más de clarificaciones:
–la Ascensión del Señor, como tal, no se puede decir que sea un hecho hstórico, en el sentido concreto de la palabra. De hecho, hasta el sigle V, en la Iglesia las fiestas de la Pascua y la Ascensión era una sola. La Ascensión es sencillamente una manera de describir la nueva manera de vivir de Jesús junto a Dios: glorificado y constituido Señor del mundo y juez universal. Fue Lucas quien historificó la Ascensión.
–en el Credo decimos subió al cielo, donde está sentado a la derecha del Padre. Evidentemente el cielo no es un lugar, sino una situación en que seremos transformados si vivimos en el amor y en la gracia de Dios. El cielo de la fe es Dios, que habita en una luz inaccesible. La Ascensión de Jesús significa que, después dela Resurrección, vive junto a Dios, en la absoluta perfección, presencia, ubicuidad, amor, gloria, luz y felicidad, que es la meta que toda la creación está llamada a conseguir.
Amigos y amigas, muy buena fiesta, y hasta el próximo domingo, bien dispuestos y dispuestas a recibir el Espíritu.
Manel

domingo, 13 de mayo de 2007

Sexto domingo de Pascua - 13 de mayo 2007

Queridos amigos y amigas, por eso que se dice causas ajenas a mi voluntad, hoy me he retrasado un poquito. Pero ahí va, mi pequeño comentario dominical, siempre con el objetivo de que pueda ser útil a alguien.

Estamos ya a quince días de Pentecostés y hoy en las lecturas ya todo huele a Espíritu Santo, como culminación del misterio pascual.
En la primera lectura, referida al llamado Concilio de Jersusalen, el Espíritu hace saber lo que quieres, y por eso los apóstoles afirman: el Espíritu santo y nosotros hemos creído que no tenemos por qué imponeros pesadas cargas.... (Ojalá ésta fuera hoy nuestra Iglesia y nuestros Concilios...)
Y en el evangelio, Jesús promete a sus apóstoles que no les dejará huérfanos, porque les enviará el Espíritu.
Pero analicemos con más detenimiento el texto del evangelio, porque hay un primer párrafo muy interesante. Se puede decir que se establece un cambio radical en las relaciones entre Dios y nosotros. Hasta ahora, Dios quedaba siempre como algo exterior al ser humano y según la religión había que encontrarlo en el templo, en el cumplimiento de la ley, en la naturaleza, etc. Sin embargo, a partir de las palabras de Jesús, el ser humano pasa a ser morada de Dios. Jesús sacraliza el ser humano. Dios no es un Dios lejano, sino que está presente dentro de cada uno de nosotros. No hay que ir a buscarlo fuera. Está en nostros: vendremos a él y estableceremos en él nuestra morada....
Esta presencia de Dios es la presencia de su Espíritu, un Espíritu dinámico que nos da sus dones para quenuestra vida produzca sus frutos. Dios no disminuye el ser humano, sino que lo potencia. La gloria de Dios es que el ser humano viva. Ser cristianos es dejarse guiar por el Espíritu.
Y para terminar, en el evangelio se nos enumera uno de los grandes signos de la presencia del Espíritu en nosotros: la paz. Una paz que no es solamente un entendimiento entre los poderes y las potencias de este mundo, ni es solamente una serenidad interior, ni una paz fundada en el miedo mutuo, sino la paz bíblica, que es la síntesis de todos los bienes mesiánicos: el don de Dios que garantiza la dignidad de las personas, es decir, todo aquello que el ser humano necesita, tanto en su dimensión horizontal, como en su dimensión vertical. Solamente así existe la paz en nuestro interior. La paz que se fundamenta en el amor, la libertad, la justícia, la tolerancia, el diálogo, el perdón..
Amigos y amigas, que esta sea nuestra paz. Y hasta el pròximo domingo, fiesta de la Ascensión.
Manel

viernes, 4 de mayo de 2007

Quinto domingo de Pascua. 6 de mayo 2007

Queridos amigos y amigas, ya estamos en mayo, seguimos en Pascua y es primavera. Tiempo de renovación, de novedad.
Y precisamente las tres lecturas de este domingo nos hablan de novedades y nos invitan a la renovación.
En la primera lectura, Pablo y Bernabé nos hablan de las nuevas comunidades que iban surgiendo. En el Apocalipsis se nos recuerda el cielo nuevo y la tierra nueva que anhelamos los creyentes. Y en el evangelio de nos presenta una vez más el mandamiento eternamente nuevo, el mandamiento del amor.

El texto del evangelio forma parte de los llamados discursos de despedida que el evangelio de Juan pone en la sobremesa de la Cena pascual. En ellos Jesús diseña las características de la comunidad de sus seguidores y seguidoras, y pone como elemento distintivo e identificativo el amor. Pero no un amor cualquiera, sino el amor que El ha tenido hacia nosotros: como Yo os he amado.
Por lo tanto, somos llamados a amar como El ha amado. Y el amor del Cristo ha sido un servicio permanente, hasta dar la vida. El amor de Cristo ha respetado siempre la libertad, no ha puesto límites, se ha extendido hasta los enemigos y ha excluido cualquier tipo de violencia.
Así pues, lo que distinguirá una comunidad cristiana de cualquier otro grupo humano tendrá que ser este amor.
¿Se da esto así entre nosotros? ¿Nos identifican como cristianos y cristianas por nuestra manera de amar? ¿Es el amor lo que inspira y motiva nuestras actitudes en los ambientes en que vivimos?
No deja de ser curioso que cuando la Revolución francesa de 1789 quiso coger como lema los valores laicos que consideraba más importantes, escogió entre ellos el gran valor teórico cristiano de la fraternidad (libertad, igualdad, fraternidad). Y ¿qué ha pasado desde entonces, en estos últimos trescientos años desde aquella Revolución? Que hemos avanzado, sin duda, en situaciones sociales de libertad y de igualdad, pero no tanto en un mundomás humano y más fraternal. ¿Por qué nos cuesta tanto la fraternidad?
Los cristianos y cristianas, y las comunidades cristianas, nos hemos de convencer de que en el mundo de hoy, tan lleno de egoísmos, envidias y odios, nuestra mejor aportación es el testimonio de una realidad completamente nueva y diferente; una realidad donde las personas se aman, respetan la diversidad, se perdonan,y aminan siempre en la solidaridad y la ayuda. Solamente así seremos creibles.
Amigos y amigas, hasta la próxima. Renovemos la Pascua!
Manel

jueves, 26 de abril de 2007

Cuarto domingo de Pascua - 29 de abril 2007

Queridos amigos y amigas, la Pascua avanza, la primavera se impone, y espero que también se vaya adueñando de nuestro interior.
Veamos el comentario al cuarto domingo.
Es un domingo que queda caracterizado, en todos los ciclos litúrgicos, por una de las imágenes literarias, una alegoría, más repetidas y hermosas del evangelio: la figura de Jesús como Buen Pastor.
De hecho, el Papa Pablo VIè señaló este domingo como el día más propio para rezar en favor de las vocaciones al ministerio y a la vida consagrada. Necesitamos buenos pastores, gente que vaya delante.
Los tres textos de la Palabra de hoy, pues, giran alrededor del Pastor y las ovejas del Pastor, que somos nosotros.
En el libro de los Hechos, se indica cómo Pablo y Bernabé muestran que la acción pastoral de Cristo es ofrecida a todos los pueblos y no solamente al pueblo judío.
En el libro del Apocalipsis se afirma que el Cordero sacrificado es a la vez el Pastor de todas las ovejas que le seguiran.
Y el evangelio destaca que la relación entre las ovejas y el Pastor Jesús está enraizada en el Padre, con el que Jes´sus forma una unidad.

El texto del evangelio, en concreto, pertenece al capítol 10 de san Juan, enmarcado en la fiesta judía de la Consagración o Dedicación del templo, fiesta en la que los judíos conmemoraban la heroica lucha de los macabeos contra la profanaciòn del templo, en el año 165 antes de Cristo. Y es en esta celebración en la que Cristo se enfrenta con los dirigentes judíos y en contraposición con ellos, que no pastoreban adecuadamente al pueblo, Jesús se presenta y se muestra como Mesías, bajo la figura muy bíblica del Buen Pastor.
Recordemos que los forjadores del pueblo de Israel, el pueblo de Dios, fueron pastores nómadas, y que por eso, las imágenes del pastor y el rebaño pasaron a expresar las relaciones entre Dios y su pueblo.
El Buen Pastor no es amo de las ovejas, sino su líder, pero compañero; procura su alimento; las defiende de cualquier peligro; y se dedica totalmente a su misión.
Y los seguidores y seguidoras del Cristo pastor (las o vejas) son reconocidas por tres actitudes: escuchan su voz, o sea, creen y se adhieren personalmente a El; le siguen, o sea, hay con El una adhesión de conducta y de compromiso, y Cristo les da la vida eterna; y no se pierden, ya que Cristo las tiene en sus manos.
Este domingo, por todo lo dicho, es especialmente indicado,pues, para pensar, tanto por parte de los pastores, como por parte de los fieles, sobre la tarea evangelizadora que llevamos a cabo, una tarea que se llama precisamente acción pastoral, porque ha de inspirarse en las relaciones entre el Cristo Pastor y las ovejas.
Amigos y amigas, hasta el próximo domingo, que será ya mayo. Un mes nuevo, de la mano de la primera gran cristiana de la historia: María de Nazaret.
Adiós
Manel

sábado, 21 de abril de 2007

Tercer domingo de Pascua - 22 de abril 2007

Queridos amigos y amigas, en el centro de las tres lecturas de la liturgia de hoy encontramos, como no podía ser de otra manera, la figura de Cristo resucitado. Pedro le proclama adelantado y salvador; el libro del Apocalipsis le alaba como el Cordero degollado, y en el texto del evangelio se hace presente a Pedro y los otros, orienta su pesca, les alimenta y les envía a la misión, confiando a Pedro la tarea de ir al frente del rebaño.
El texto está sacado del capítulo 21 de san Juan, y éste es un texto añadido a la primera versión del evangelio. Es una Catequesis sobre la misión evangelizadora y comunitaria de la Iglesia y sobre el papel de Pedro en esta misión.
El texto que hoy leemos consta de dos partes:
–en la primera, los discípulos ya no están en casa celebrando el encuentro dominical (como sucedía el pasado domingo), sino que se encuentran en su mundo, en su trabajo. Son siete, que es sinónimo de totalidad. Y en principio no pescan nada. Sin embargo, después de la orientación de Jesús, su trabajo da fruto. Mucho fruto. Y la red no se rompe, porque en la Iglesia cabemos todos, hay capacidad para todos. El número de 153 es simbólico, y sale de sumar, uno, más el siguiente, los 17 primeros nùmeros. Y el 17 sale de los 10 mandamientos, más los siete dones del Espíritu. La pesca tiene lugar en lago Tiberíades (nombre pagano del lago, lugar hostil). Los discípulos han trabajado toda la noche. Pedro, antes de reconocer al Señor, se enuentra desnudo (símbolo de su fragilidad), pero cuando le reconoce se pone la túnica (símbolo de servicio) y se lanza al agua (símbolo de dar la vida).
– Y la segunda parte del texto es una catequesis sobre Pedro y su papel en la comunidad. Para poder ser el líder tendrá que renunciar a las actitudes que le llevaron a negar a Jesús, y tendrá que comprometerse a seguirlo hasta la muerte, en una actitud de servicio. Porque el rebaño que tendrá que pastorear no es suyo, sino de Jesús: mis ovejas...

Las leccciones del evangelio de hoy son claras: los cristianos y cristianas, cada uno en nuestro lugar de trabajo y de vida, somos, tenemos que ser, testigos de Cristo Resucitado. Agrupados en la comunidad Iglesia, y alrededor de los sucesores de Pedro, continuamos aportando al mundo un mensaje de liberación y de comuniòn fraternal. La perscpectiva de la salvación (la tarea de la pesca y la comunión con el pan y el pescado) está abierta a todos, sin ninguna discriminación, aunque para conseguir algo haya que estar, muchas veces, trabajando toda la noche...

Amigos y amigas, hasta la próxima.
Manel

sábado, 14 de abril de 2007

Segundo domingo de Pascua - 15 de abril 2007

Queridos amigos y amigas, seguimos saboreando los cincuenta días de Pascua. Y es ya tradicional que en este segundo domingo nos encontremos con el evangelio que podríamos denominar de las dudas de Tomás.
Sin embargo, el motivo catequético de este evangelio es, como puede verse, no perder de vista el gran valor del domingo. Porque, en efecto, el domingo es el día por excelencia para celebrar que Cristo vive y está presente entre nosotros, que Cristo resucitó. El evangelio, si os fijáis, comienza la tarde de aquel domingo, y luego dirá, ocho días más tarde, también en domingo, Cristo se presentó a sus discípulos. Como se presenta en medio de nosotros para actualizar elmisterio de su muerte y su recurrección, llenarnos de alegría y confiarnos su misión.
Es en la celebración de la Eucaristía dominical donde destaca la presencia viva y activa de Jesús. Siempre es El quien toma la iniciativa. El nos convoca y en medio de los que estamos reunidos en su nombre, nos habla a través de la Palabra y se nos da en comunión, entrando a formar parte de nuestro ser.

Si nos fijamos, en el primero de los domingos, los discípulos reciben la paz y la confirmación de sumisión de evangelizar; y en el segundo, Tomás recibe el don de la fe, y a todos nosotros se nos asegura la felicidad porque tendremos que creer a pesar de no ver.
Son dos domingos aprovechados. ¿Como los aprovechamos nosotros?
Finalmente, podríamos decir támbién una palabra sobre Tomás. ¿Cuál fue su error? Tomás se habíamostrado en una ocasión muy valiente: vayamos también nosotros a morir con El. Pero luego, como todos, le abandonó. Ss sintió fracasado. Podía parecer que era Jesús quien había fracsado, pero en realidad el fracasado era Tomás. Por eso Jesús selo lleva a la comunidad, que es donde podrá descubrir signos de vida y de resurrección.
Hoy nosotros vivimos demasiado instalados en la sociedad de la sospecha y la desconfianza. Tenemos tendencia a ver en los demás malas intenciones y a sospechar de intereses ocultos detrás de cada acción positiva. Por eso, es necesario que encontremos lugares de encuentro con el Cristo vivo y resucitado, a trevés del encuentro de tantos hombres y mujeres de buena voluntad y mejores acciones.
Amigos y amigas, a seguir disfrutando de la Pasqua, y hasta la próxima semana.
Manel

sábado, 7 de abril de 2007

7 de abril 2007 Resucitó!

Queridos amigos y amigas, una vez más podemos intercambiarnos una gran noticia: Cristo ha resucitado!.
La resurrección de Jesús, objeto de nuestra fe, no es la adhesión a un mito, ni consistió en la reanimación de un cadáver, o en una reencarnación. La resurrección de Jesús es algo que está más allá de lo físico. Es una verdad de fe transmitda y vivida por los apóstoles. Ellos, que lo habían abandonado, vivieron una experiencia nueva y muy fuerte: la causa de Jesús, su proyecto de vida, su utopía, no quedaban muertos con su muerte, sino que Dios le había resucitado y le colocaba para siempre a su vera. La causa de Jesús quedaba definitivamente a la altura de Dios.
Por lo tanto, creer en la resurrección de Jesús es creer que su Palabra, su proyecto y su causa (el Reino) no han de quedar muertos, sino que continúan dando sentido a nuestra vida de creyentes, porque són la Palabra, el proyecto y la causa de Dios.
Si redujéramos la resurrección de Jesús a un símbolo de vida más allá de esta vida, o a la victoria de la vida sobre la muerte, vaciaríamos de sentido el gran misterio.

Queridos amigos y amigas, estos días nos felicitamos la Pascua (que es lo mismo que decir el paso del Señor), y esto quiere decir, en profundidad, que nos reafirmamos en nuestro deseo de la presencia y el paso de Dios por nuestra vida cotidiana, en este mundo concreto en que nos toca vivir.
El Señor está vivo y presente en el compromiso de los que luchan por la verdad; está vivo y presente en los que buscan la libertad; y está vivo y presente en todos los hombres y mujeres que trabajan por la solidaridad.
Vivir la Pascua es renovación, alegría y liberación.
¿Qué nos aportará de nuevo esta Pascua? ¿De qué alegría gozaremos y compartiremos con los demás? ¿De qué nos veremos liberados?.
Os deseo de todo corazón a vosotros, y a todos los vuestros, una gozosa y feliz Pascua 2007.
Manel

viernes, 30 de marzo de 2007

Domingo de Ramos

Queridos amigos y amigas, no sé si me leéis o no, porque no os dáis a conocer, ni hacéis comentarios, pero de momento seguiré con mis comentarios por si os pueden ser útiles.
En primer lugar, hoy tengo que invitaros a vivir una semana muy especial.
La llamamos santa, pero hemos de ser nosotros quienes la santifiquemos. No nos engañemos. En una sociedad tan secularizada como es la nuestra, estos días van a ser para muchos unas sencillas vacaciones de primavera. Pero apartemos las lamentaciones y seamos positivos. Estemos donde estemos, Dios nos ama, nos espera y nos convida a saborear el misterio de amor que supuso la entrega de su propio Hijo para la salvación de la humanidad. Por lo tanto, amigos y amigas, quedamos invitados a vivir unos días que den pleno sentido a nuestra vida. Y que la Pascua sea nuevamente un aire fresco en la primavera de nuestros espíritus.

Y vamos con las homilías del domingo.
En primer lugar, el evangelio que se lee en la bendición de las palmas marca el final del camino de Galilea a Jerusalén, según el esquema del evangelio de san Lucas. Jesús entra como Mesías en la ciudad santa. No es un Mesías guerrero. No va montado en un caballo, sino en un pollino, signo de humilad, tal como ya había profetizado Zacarías. Es rey, pero es un rey de paz, y su realeza provoca una alegría espontánea de la gente. Algunos fariseos, sin embargo, reaccionan negativamente. Es la profecía de la historia. será un rey combatido, aceptado con alegría por unos, rechazado por otros.

Pero la lectura que pesa en la liturgia de este domingo es, naturalmente, la lectura de la Pasión, que este año sigue el relato de Lucas.
Lucas, como ya dijimos, es el evangelista de la misericordia y su versión de la Pasión está llena de esta característica del Dios que nos presenta Jesús.
Veamos, por ejemplo, cuatro rasgos, propios de Lucas:
–Pedro, que niega a Jesús, inmediatamente es objeto de la misericòrdia de Dios: el Señor se giró y miró a Pedro, y Pedro se acordó de las palabras que el Señor le había dicho.
–También son objeto de miericordia las mujeres de Jerusalen que lloran en el camino
–La oración de Jesús desde la cruz, Padre perdónales, es asimismo exclusiva de Lucas, y vuelve a mostrar el estilo del Dios Padre acogedor
–Y finalmente, la oración del ladrón y la respuesta de Jesús, es una síntesis de la teología de san Lucas sobre la misericórdia.
Por otra parte, la muerte de Jesús es en Lucas de manera muy especial la muerte de un justo perseguido y plenamente confiado en Dios. Pilato proclama su inoencia y el centurión le califica de hombre inocente. Es la muerte de un inocente. Como tantas y tantas otras en la historia.
La Pasión de Lucas es eminentemente contemplativa, y así debemos leerla nosotros.

Amigos y amigas, si me animoaún habrá algunos comentarios más antes del próximo domingo.
Un saludo muy cordial, Mane

viernes, 23 de marzo de 2007

Quinto domingo de Cuaresma

Queridos amigos y amigas, llegamos ya al quinto y último domingo de este camino hacia la Pascua que es la Cuaresma. Y nos encontramos con el evangelio de la mujer adúltera.
Lo primero que nos sorprende en este domingo es que hemos dejado el evangelio de san Lucas que es el que leemos este año, para leer un texto del evangelio de san Juan. Sin embargo esto no es exactamente así.
El texto de la mujer adúltera, al parecer, era un texto que circulaba de manera aislada en las comunidades cristianas. Está claro que su contenido es mucho más propio del estilo de Lucas, que no del evangelio de Juan. Pero cuando Lucas escribe su evangelio, el pecado del adulterio era muy mal visto en el pensamiento cristiano sobre todo por parte de san Pablo. Y parecía que este relato de la mujer adúltera podría ser mal interpretado, como si Jesús no le diera demasiada importancia a ese pecado. Por eso, finalmente, el texto fue incluido en el evangelio de Juan para poner de relieve la actitud de perdonar y no de juzgar de Jesús, que es propia del Jesús de san Juan. Hoy, sin embargo, los biblistas coinciden en que el texto no es de san Juan.
Pero fijémonos atentamente en el relato, qe contiene muchas enseñanzas.
La trampa que le ponen a Jesús es similar a la del tributo al César. Le presentan una mujer adúltera. Según la ley judía, había de ser dilapidada hasta morir, pero la ley romana prohibía a los judíos aplicar la pena de muerte. ¿Qué diría Jesús? Si dice que no se la mate, será un mal judío; si dice que la maten, estarà en contra delos romanos. Y todavía una trampa más: si dice que la maten, ¿dónde queda su misericordia?, y si dice que no la maten, desobece la ley de Moisés.
Por eso Jesús, con su actitud, ofrece cuatro lecciones dignas de ser imitades:
–muestra que por encima de todo le interesa la mujer, le interesan las personas. Los otros solamente la utilizaban como excusa para condenar a Jesús
–Jesús rechaza el pecado, pero ama al pecador, a la pecadora
–Jesús no condena, sino que convida a no volver a pecar. Nunca cierra definitivamente las oportunidades
–Jesús pone en evidencia a los acusadores: cuando alguien quiere presentarse como juez de los demás, que mire bien si aplica la misma medida que se aplica el mismo.
Por otra parte, esta narración puede leerse también comunitàriamente:
los letrados y fariseos representan la dureza de las actitudes legales antievangelicas, mientras que la mujer es la imagen de un pueblo que no es inocente, pero que es habitualmente maltratado por los que le dominan. Vivimos en una sociedad llena de agresividades y venganzas, una sociedad poco predispouesta a perdonar y a pedir perdón. Por eso, para no caer en la tentaciòn de ser más severos con los demás que indulgentes con nosotros, la línea de la misericordia es la linia que siempre acierta. No al delito, acogida total a los delincuentes. Difícil, pero plenamente evangélico.
Amigos y amigas, hasta el próximo domingo.

sábado, 17 de marzo de 2007

Cuarto domingo de Cuaresma

Amigas y amigos, paz y bien.
Una semana más en camino hacia Pascua.
Y hoy una hermosa parábola, muy conocida, pero nunca suficientemente reflexionada.
El evangelista Lucas abre el capítulo 15 de su evangelio presentando una situación que al parecer causaba escándalo: Jesús acogía a los pecadores y comía con ellos. Y a partir de aquí, el evangelista situa tres espléndidas parábolas, que tienen en común una misma idea: cuando alguien pierde algo que valora y quiere, lo busca hasta experimentar la alegría de encontrarlo. Así, un pastor pierde una oveja; una mujer, una moneda; y un padre, a su hijo pequeño. Dios es, naturalmente, el pastor, la mujer y el padre que se alegra de la recuperación de cualquiera de nosotros que se haya alejado de El. Dios siempre nos espera.
El texto de hoy es, en concreto, el de la conocida parábola del hijo pródigo, el padre acogedor, o el hermano que se cree perfecto.
Y es que, como puede verse, tres son los protagonistas de la narración de Jesús; y una lectura pausada e interiorizada del texto nos ha de llevar a ver qué hay en nosotros de cada uno de los tres.
El hijo pequeño es el prototipo de los dilapidadores de las herencias recibidas. ¿Cuántas cosas hay en nuestra vida que son herencias gratuitamente recibidas, empezando por nuestra propia vida?
El hijo mayor es el prototipo de quienes se creen mejores que los demás, y con más derechos que los demás, y que menosprecian a los demás. ¿Cuántas actitudes de éstas hay en nosotros?
Y el padre es el prototipo del ser humano misericordioso, tolerante, paciente, equilibrado, maduro ¿Hay en nostros actitudes de éstas? ¿Son las que prevalecen?
Esta parábola se ha presentao siempre como la que muestra cómo es Dios, para que sepamos nosotros quien es el Dios en el que creía Jesús. Un Dios del cual nos hablaba no sólo con palabras, sino mostrándonos su manera de actuar. Por ejemplo, como el padre acogedor de la parábola.
Y una última observaicón: Jesús no sólo nos muestra el estilo de Dios, sino también cuál ha de ser el estilo de la Iglesia. El hijo pequeño marcha de la casa paterna; el hijo mayor acaba por no querer entrar. Esta casa paterna es para nosotros la Iglesia, y también son hoy muchos los que dicen creo en Dios, pero no creo en la Iglesia. ¿No nos tendremos que preguntar si la imagen de Iglesia que mostramos se parece muy poco a la casa paterna de la parábola? Porque la casa del padre es una casa acogedora, festiva, donde no se retrae nada anadie, i donde el hijo puede encontrar pan de sobras, mientras se está muriendo de hambre... El hijo mayor lo ha tenido todo y no ha sabido valorarlo. Y es que como pasa a menudo, no sabemos valorar lo que tenemos más a nuestro alcance.
Amigos y amigas, saboread esta preciosa parábola.
Y hasta la próxima semana
Manel

viernes, 9 de marzo de 2007

Tercer domingo de Cuaresma

Queridos amigos y amigas, la Cuaresma llega a su Ecuador. Que no se nos escapen las oportunidades. El tiempo huye, no se detiene y nos arrastra.
Vamos con el comentario del evangelio del tercer domingo. Una invitación a la conversión, a dar nuevos frutos, a no cesar de dar sentido a nuestra vida.

El texto del evangelio que leemos hoy es propio y exclusivo de san Lucas. Es una llamada a la conversión para dar más frutos de vida.
El texto consta de dos partes.
En la primera, Lucas evoca dos sucesos, sobre los cuales da poca información, porque se supone que eran muy conocidos por el pueblo.
El primero es un abuso de poder por parte del gobernador Pilato. Parece ser que en unas fiestas de Pascua, a las que habían acudido galileos, como acudían de todo el territorio, y que tenían que asistir a los sacrificios del templo para comprar el cordero que luego, al volver a casa, tenían que comer en família, se encontraron con que el precio de los animales se había disparado, y era porque Pilato había ordenado un impuesto extraordinario para poder construir un acueducto que abastecieses de agua a Jerusalén. Un grupo de galileos protestaron airadamente, y Pilato zanjó su protesta matando a unos cuantos.
El segundo suceso evocado por el evangelista fue un accidente laboral: al lado de la muralla de Jerusalén se encointraba la piscina y la torre llamadas de Siloé, y en unas obras de ampliación de la torre, murieron 18 obreros, al derrumbarse parte de la construcción.
Tenemos, pues, dos hechos, y en los dos, según la mentalidad judía, habrían muerto unas cuantas personas porque eran pecadoras. La muerte les habría sobrevenido como un castigo de Dios. Pero esto no es así. Tratándose de Dios hay que borarr de la mente cualquier relación entre pecado, culpabilidad y muerte o castigo.
Por eso, en la segunda parte del texto, la enseñanza de Jesús se clarificará todavía más. Para Dios lo único que cuenta son los frutos de vida. Estos son los que identifican a las personas. Morir tenemos que morir todos. Lo importante es cómo nos presentaremos a los ojos de Dios.
La higuera y la viña son imágenes muy significativas en la historia de Israel. Dios ha sido muy paciente siempre con su pueblo. Ahora el viñador, que es el Hijo de Dios, hace ya tres años que espera fruto (alusión a los tres años de predicación de Jesús), pero no lo encuentra. Les dará, sin embargo, una nueva oportunidad, después de su muerte y de la renovación de la alianza.
Cristo es el viñador de nuestras vidas y espera frutos de amor, de corresponsabilidad, de solidaridad, de donación. Estamos en el mundo para contruir su Reino de verdad, de justicia, de paz, d elibertad, de vida y de esperanza. El tiempo pasa y todavía no hemos dado todos los frutos, aún hay vida para sembrar y alegría que celebrar. Un día se acabarán las oportunidades, porque se cabará ya nuestra vida en este mundo.

Amigos y amigas, hasta la próxima semana.
Manel

sábado, 3 de marzo de 2007

Segundo domingo de Cuaresma

Queridos amigos y amigas: la Cuaresma avanza y con ella nuestras posibilidades de preparar y renovar nuestro interior para llegar a la fiesta gozosa de Pascua. Aprovechemos esta nueva oportunidad.
Y vamos ya con el evangelio de este segundo domingo.
Igual que en el primer domingo de Cuaresma de todos los ciclos leemos el evangelio denominado de las tentaciones de Jesús, en el segundo se nos presenta siempre la escena de la Transfiguración de Jesús. Cada año, eso sí, según el evangelista correspondiente. Este año, Lucas.
Y lo primero que hay que decir es que la narración de este hecho es en Lucas un poco diferente de cómo lo redactan Marcos y Mateo. Por ejemplo, en Lucas la Transfiguración se produce mientras Jesús oraba; y dice, además, que cuando la nube cubrió a los presentes, éstos se atemorizaron; y finalmente, en la teofanía, Jesús no es solamente llamada Hijo, sino también elegido.
Con todo, el elemento común de la escena, en todos los evangelistas, y su auténtico significado, es el hecho de constituir un preludio de la muerte y de la resurrección de Jesús: Jesús es el Hijo, y por tanto superior a los profetas, y es el elegido, título que hace referencia al Siervo sufriente de Isaías. Jesús habla con Moisés y Elías sobre su éxodo que terminará con su muerte en Jerusalén. Jesús es el nuevo Moisés que arrancará a la humanidad de la esclavitud del mal con su muerte; y la nube donde Jesús se transfigura y en la que hace entrar a sus discípulos, es el anuncio de su resurrección, a la cual seremos asociados todos los que creeremos en El y le seguiremos.
Y hay, además, en el relato, otro punto que da mucho juego a la hora de reflexionar, y es la intervención de Pedro: Maestro, qué bien estamos aquí... Es la gran tentación de instalarse, de acomodarse, de renunciar al cambio. Y por eso el evangelio dice: hablaba sin saber lo que decía... Tentación, por otra parte, que nosotros tendremos que vencer también constantemente.
No hay ninguna realidad en la vida a la que se pueda llegar sin pasar por el esfuerzo, la lucha, las incomprensiones, los miedos, o las cruces. El ser humano necesita un sentido para vivir, y como decía el gran obispo Helder Camara, quien no tiene una razón para vivir, tampoco tendrá una razón para morir...
En la teofanía del relato se nos ha convidado una vez más a escuchar y seguir a Jesús, su proyecto y su llamada a la utopia y al amor compartido, su plan de justicia y libertad, su imagen de un Dios misericordioso y compasivo. Todo un buen programa para profundizar en este Cuaresma de 2007.
Amigos y amigas, hasta la próxima semana.

viernes, 23 de febrero de 2007

He llegado la Cuaresma

Queridos amigos y amigas, un año más comenzamos la Cuaresma, es decir, este tiempo litúrgico de 40 días hasta llegar a la Pascua. Un tiempo de gracia y de cambios interiores y personales, un tiempo de mirar hacia adentro. Tiempo de dejarnos seducir por Dios en el desierto, tiempo de buscar la verdadera felicidad y de volver a las fidelidades prometidas. Momento propicio para confrontar nuestros caminos y proyectos con los caminos y los proyectos de Dios sobre nosotros y sobre el mundo. Momento propicio para parar los ruidos y silenciar los gritos, para escuchar la voz de Dios, que es la voz que solamente se escucha en el silencio.

PRIMER DOMINGO DE CUARESMA

Ya es tradición que el evangelio del primer domingo de Cuaresma nos presente el texto de las llamadas tentaciones de Jesús, cada año en la versión del evangelista que toca. Este año, segun san Lucas.
Este texto, más breve en Marcos, y más largo en Mateo y Lucas, presenta en estos dos últimos algunas diferencias, pero lo que les es común es que se trata de una pàgina de catequesis, con una intención muy definida: en primer lugar, establecer un paralelismo entre las tentaciones que sufrió el pueblo de Israel en su paso por el desierto, y que le hicieron ser infiel, y las tentaciones que padece Jesús, también en el desierto, y de las cuales, con citas del libro del Deuteronomio (que era la misma ley que regía para el pueblo de Israel) sale vencedor. Por otra parte, la catequesis muestra otra intención muy clara: las mismas tentaciones que supera Jesús son las que tendrá que superar el nuevo Israel, el nuevo pueblo de Dios, o sea, nosotros, tanto personal como comunitariamente (la Iglesia).
¿Y cuales son estas tentaciones?
Básicamente es una sola - cómo utilizar el poder- con tres perspectivas:
1) utilizar el poder en beneficio propio personal e individualista
2)utilizar el poder político y econòmico para la propia satisfacción
3) utilizar el poder para conseguir fama y reconocimiento de los demás.
¿Y no son también estas tentaciones las que afectan la voda personal y comunitaria de las personas? ¿No es el poder mal utilizado el que estropea las relaciones humanas, la vida política y la vida de la misma Iglesia? ¿No son los poderes individualistas e insolidarios la causa de tantas corrupciones y deslealtades?
Jesus se muestra como un gran pedagogo porque apunta al punto decivio que orienta y define la identidad de las personas: cómo utilizan su poder.

Amigos y amigas, un abrazo muy cordial, y buen trabajo en Cuaresma. Manel

sábado, 17 de febrero de 2007

Queridos amigos, de nuevo con vosotros para haceros llegar mi décimo comentario sobre los evangelios de cada domingo. Hoy, DOMINGO VII DURANTE EL AÑO

No somos solamente los cristianos y cristianas quienes hablamos hoy de la pérdida de valores morales en nuestra sociedad, sino que también encontramos muchos alejados de la Iglesia, no creyentes, agnósticos o ateos, que se quejan con frecuencia de la pérdida de valores éticos en las relaciones humanas y en la convivencia ciudadana.
Asistimos hoy sin duda, por lo tanto, a una crisis del sentido ético de la vida, y por eso el evangelio de hoy resulta particularmente interesante.
El texto pertenece a la versión de san Lucas del sermón de las bienaventuranzas, que en él es el sermón del llano, y presenta cuatro principios éticos útiles para todos y de manera muy particular, imprescindibles para los seguidores de Jesús. Principios, por otra parte, que no se han de entender nunca como sinónimos de actitudes de pasividad, conformismo o resignación ante el mal.

1) amar a los enemigos, hacer el bien a los que no nos aman, bendecir a los que nos maldicen, rezar por los que nos ofenden
O sea: que en lugar de limitarnos a condenar, abramos espacios y posibilidades para que los enemigos encuentren caminos de conversión y reconciliación

2) si alguien te pega en una mejilla, ponle la otra, si se coge el manto, no le niegues el vestido. Da a todo el que te pida...
O sea: renunciar a la violencia como única herramienta para resolver los conflictos. Por que ¡cuántas veces perdiendo, se gana; y ganando, se pierde...!

3) haz a los demás lo que quieres que ellos hagan contigo
O sea: la regla de oro de la convivencia humana, pero así, en positivo, llevando la iniciativa, no limitándose al ojo por ojo, desbordando siempre por la via de la misericordia: sed misericordiosos como lo es vuestro Padre del cielo

4) no juzguéis y Dios no us juzgará,no condenéis y Dios no os condenará, absolved y Dios os absolverá, dad y Dios os dará
O sea: al mal no se le vence con el mal, sino con la abundancia del bien. El amor de Dios que nosotros debemos imitar es un amor gratuito, generoso y sin medida. La medida del amor es amar sin medida (san Bernardo)

El evangelio de hoy, pues, es de un valor universal, porque es una buena terapia contra uno de los males más grandes de nuestro tiempo: el odio, la venganza y la violencia. El odio es un veneno peligroso, una inmadurez destructiva. La violencia sólo genera violència. La paz sólo puede brotar del amor.

Queridos amigos, buena semana, y hasta la próxima, que será ya Cuaresma. Manel.

viernes, 9 de febrero de 2007

DOMINGO VI DURANTE EL AÑO

Queridos amigos y amigas, recordemos las palabras del Magnificat: las obras de su brazo son potentes, dispersa a los hombres de corazón altivo, derrriba a los poderosos de su trono y ensalza a los humildes. Llena de bienes a los pobres y a los ricos los despide vacíos, porque creo que son la mejor síntesis del texto que hoy nos propone la liturgia. Muestran la gran novedad y la gran paradoja del evangelio: hay ganadores que son perdedores, y hay perdedores que son ganadores...
Lucas dirige su evangelio a una comunidad donde hay grandes diferencias entre pobres y ricos, diferencias que generan, naturalmente, una situación de grave injusticia social. Por eso, su redacción de las bienaventuranzas difiere tanto de la redacción de Mateo. Este hablaba de actitudes espirituales, interiores, de las personas (escoger ser pobre, luchar por la paz...) que las sitúan en el camino del Reino; mientras que Lucas habla de una realidad donde hay personas que son pobres materialmente, y pasan hambre y grandes sufrimientos y marginaciones, mientras que a la vez hay personas que son ricas, prepotentes y opresoras. Y entonces, en contra de lo que suele pensarse _ que los pobres son infelices y lor ricos, felices- Lucas expone que según el pensamiento de Jesús las cosas no siempre son necesariamente así.
Jesús no mitifica a los pobres como tales, como no condena tampoco radicalmente a los ricos como tales. Lo que deja bien claro es que en estas situaciones de injusticia, Dios muestra su predilección por los oprimidos, quiere que luchen para hacer posible su proyecto, que es que todos seamos iguales, y les dice que su situación, interiorizada y vivida con fortaleza, los coloca en el buen camino del Reino, ya que ponen mucho más su confianza y su esperanza en Dios, que no los ricos, que piensan que no le necesitan porque ya lo tienen todo.
La verdadera felicidad interior pasa por actitudes de amor, de justicia, solidaridad, fraternidad y paz, y estos valores se encuentran mucho más al alcance de los pobres y sencillos, que no de los ricos y poderosos, porque estos cifran con frecuencia su felicidad en actitudes de poder, posesión de bienes materiales, placeres y abusos de las personas, actitudes que habitualmente generan caminos de violencia, luchas, ansiedades y frustraciones.
MANOS UNIDAS
Este domingo coincide con la Campaña de Manos Unidas contra el hambre, que este año lleva el lema de ¿Sabes leer?. Ellos, no. Podemos cambiarlo. ¿No es una autentica barbaridad que en pleno siglo XXI, 125 millones de niños en el mundo no esten escolarizados?. Otro mundo es posible, podemos cambiar las cosas, pero todos tenemos que aportar algo. Denunciar y compartir.
Amigos y amigas, hasta la semana próxima.
Manel

jueves, 8 de febrero de 2007

viernes, 2 de febrero de 2007

Queridos todos y todas, qué rápido pasan las semanas! Vuelve ya el domingo y vuelve ya la oportunidad de ponernos en comunicación. Por mi parte, para ofreceros algunas ideas para el comentario del evangelio. Por parte vuestra, sigue el silencio. ¿Nadie se anima? Estaría bien que nos enriqueciesemos mutuamente...
Bueno, ahí va mi entrega sobre el V DOMINGO DURANTE EL AÑO

El relato del evangelio de hoy mezcla en una misma escena dos situaciones que los otros evangelistas explican separadamente: la vocación de los primeros apóstoles, y la pesca milagrosa. Para el evangelio de Juan, sin embargo, la pesca milagrosa es un hecho que sucede después de la Resurrección, lo cual hace sospechar que Lucas en su relato está haciendo también una lectura post-pascual de la vocación de los apóstoles, y sobre todo de la vocación y del papel de Pedro.

El lago de Genesaret (palabra que significa lago del jardín de la riqueza) es conocido también como mar de Tiberíades (por la ciudad portuaria que lleva este nombre) y mar de Galilea. De hecho, por sus característiques (extensión, vientos y riqueza de pesca) los judíos le llamaban mar. El lago tiene 20 kilómetros de largo por trece de ancho, y en tiempos de Jesús había a su alrededor un total de nueve poblaciones importantes.

Por otra parte, si nos fijamos bien en el texto que comentamos, observamos que la clave de todo el relato es la PALABRA.
Empieza diciendo que la gente se aglomerava para escuchar la Palabra. La Palabra, por lo tanto, convoca a la multitud. Después dice que Pedro tira las redes porque El se lo dice. La Palabra es la fuerza y la esperanz a para que ocurra algo extraordinario. Y finalmente, Jesús envía a Pedro a ser misionero de su Palabra. La Palabra es vocación y misión.

Clarifiquemos, además, dos pequeños detalles del relato:
1) Jesús pide a Pedro la barca y desde allí enseña a la gente. La barca de Pedro es la Iglesia, expresión que refuerza lo que decíamos antes: la lectura postpascual que se stá haciendo de su vocackión y de su misión. La Palabra es servida por la Iglesia presidida por Pedro.
2) La expresión pescadores de hombres hay que entenderla en el lenguaje bíblico. La pes ca, en el Antiguo Testamento, indica, en general, una acción en favor o en contra de Israel. Jeremías, por ejemplo, dice (16,16) jo enviaré muchos pescadores que los pescaran, se refiere a que Dios enviará ayuda para que Israel pueda volver del exilio. Por lo tanto, la figura del pescador es la figura del que lucha a favor de una causa. Los apostoles seran pescadores de hombres porque seran los instrumentos para que la humanidad entera conocza al Dios verdadero.
Y la pregunta final: ¿qué nos dice a nosotros el evangelio que hoy nos propone la liturgia? Creo que tres coses:
1) Que la Palabra es la gran herramienta que tenemos para crecer en la fe y ayudar a crecer a los demás
2) Que la Palabra hemos de lanzarla en nombre de El, porque es El quien le da fecundidad y eficacia.
3) Y que nosottros tenemos hoy la misión de conocer y dar a conocer la Palabra. Somos evangelizadores.

Un saludo muy cordial.
Manel Simó

jueves, 25 de enero de 2007

Domingo IV - 28 de enero 2007

Queridos amigos y amigas, nuevamente presente en mi cita semanal para ofreceros unas ideas de comentario y reflexión sobre las lecturas de este IV domingo de durante el año. Veo que no os animáis a enviar ni siquiera un comentario para decir: te leemos. Ya sabéis que los escritores escribimos para ser leídos... A ver si esta semana hay más suerte. Y también para la discrepancia, si es necesario...

Por su contenido y por su gran valor espiritual, no cabe duda que la lectura que más llama la atención en la liturgia de hoy, y que muchos recordaréis por haberla leído el día de vuestra boda, es el Himno a la Caridad, de sant Pablo, proclamado en la segunda lectura.
Por su manera de relativizar y subordinar todas las cosas al amor (al amor cristiano, agapé; y no al eros helenístico), y por las quince cualidades atribuidas al amor auténtico (siete en positivo y ocho en negativo), así como por la convicción de que el amor constituye la gran opción vital que nos identificará delante de Dios y que nos perpetuará eternamente, podemos decir que nos encontramos ante una de las páginas más brillantes que se han escrito nunca sobre el amor. Una página que haremos muy bien en repasar y reflexionar a menudo.
Pero vayamos ya al evangelio. El text de hoy continua el del domingo pasado. Y de su lectura atenta y pausada se desprende una observación que, por desgracia, se encuentra muy enraizada y presente en muchas personas de nuestro tiempo que muestran tener una personalidad tan poco firme y definida como aquellas que escuchaban a Jesús aquel sábado en la sinagoga de Nazaret.
Fijaos: –cuando Jesús se aplica a sí mismo las palabras de Isaías, la reacción es extrañar-se de que salgan de sus labios aquellas palabras. ¿Qué ha pasado? Que no les interesa lo que ha dicho, sino quién lo ha dicho. Y esta es la muestra más patente de no querer escuchar, de actuar con prejuicios y de enfatizar quién es el emisor de los mensajes, en perjuicio del mensaje mismo. ¿Y no es esto lo que pasa hoy a menudo en nuestra vida cotidiana?
Todavía hay un hecho más grave: –aquellos oyentes de Jesús, cuando se ven retratados en su incredulidad y en su pretensión de ser los beneficiarios exclusivos, por si acaso, de la liberación propuesta por Jesús, y se percatan de que eso no será así, quieren tirarlo por el precipicio. Actitud y tentación que ha perdurado a lo largo de la historia: si no podemos matar el mensaje, matemos al mensajero...
Hoy se habla mucho de incredulidad, y también de los mensajes erróneos lanzado por el cristianismo, pero no es oro todo lo que reluce. Hay mucha trampa, y muchos intentos de autojustificar malas conciencias. Y es que, en defnitiva, la opción de Jesús, que ha de ser la opción de sus seguidores y seguidoras, de ser portvoz de buenas noticias a los desvalidos, ni es facil, ni es cómoda, ni es demsiado gratificante en un mundo injusto que sólo puede sobrevivir mientras los pobres sean cada vez más numerosos y más pobres...

Gracias por leerme y que tengáis una buena semana

sábado, 20 de enero de 2007

DOMINGO TERCERO DURANTE EL AÑO

Queridos amigos y amigas, os ofrezco una vez más unas ideas para el comentario del evangelio del domingo, tercero durante el año, ciclo C

Este año, leeremos, los domingos, el evangelio según Lucas. Y este evangelista, a diferencia de los otros, tiene un particular interés en situar a Jesús, en el inicio de su misión, definiendo el que será su programa.
Esta es, en concreto, la escena de la segunda parte del evangelio de hoy. Jesús se aplica las palabras del profeta Isaías: El Espíritu del Señor está sobre mí, porque El me ha ungido. Me ha enviado para anunciar el Evangelio a los pobres, para anunciar a los cautivos la libertad, y a los ciegos la vista. Para dar libertad a los oprimidos, para anunciar el año de gracia del Señor. Ésta será su misión: hoy se cumple esto que acabáis de oír.
Hay que decir que este texto ha estado, a lo largo de la vida de la Iglesia, uno de los grandes textos desconocidos, y que todavía hoy no se le da la relevancia que tendría que tener en la práctica cristiana. Y sin embargo, si ésta fue la misión de Jesús, es obvio que la misma, y no otra, ha de ser la misión de sus seguidores y seguidoras.
Fue el Concilio Vaticano II, y sobre todo la llamada teología de la liberación, de Latinoamérica, quienes han dado a estas palabras del evangelio de hoy el relieve que empiezan a tener. La misión de Jesús fue anunciar la Buena Noticia de la liberación, y nuestra misión cristiana, la única creíble, será vivir y luchar por la causa de Jesús.
La opción de Jesús por los pobres no es beneficencia ni asistencialismo. Evangelizar es liberar, es trabajar para que la realidad de la vida humana sea concorde con el proyecto de Dios. Y el proyecto de Dios es que nadie sea esclavo, sino libre. ¿Quiénes son hoy, entre nosotros, los desvalidos, los presos, los ciegos y los oprimidos? ¿Quiénes son, hoy, los desfavorecidos que necesitan ser liberados? ¿Podemos decir honradamente que son nuestros preferidos?
Jesús, cuando acabó de leer el texto de Isaías, hizo la homilía más breve y más profunda que podía hacerse: hoy se cumplen estas palabras. Ojalá nosotros, después de leer los textos evangélicos, pudiéramos decir también simplemente: esto es lo que intentamos vivir nosotros.

Gracias.

jueves, 11 de enero de 2007

DOMINGO SEGUNDO durante el año

Acabado ya el ciclo de Navidad y Epifanía, entramos ahora, durante siete domingos, hasta el 25 de febrero, que empezaremos el primer domingo de Cuaresma, en lo que denominamos tiempo ordinario, que reanudaremos después de Pascua.

Este año leeremos el evangelio de san Lucas, muy interesante, y sobre el que daremos algunas pistas el próximo domingo.
Pero hoy, por excepción, se lee el evangelio de Juan, ya que la catequesis de las bodas de Caná es el único evangelista que la recoge. De hecho, la liturgia la lee hoy porque considera que la intervención de Jesús se puede considerar una epifanía más: manifestó su gloria y sus discípulos creyeron en El, se dice al final

Sea como fuere, la narración que nos ofrece el evangelio de hoy podemos considerarla sobre todo como una página de catequesis muy sugestiva. No se trata ni de la institución del sacramento del matrimonio, ni directamente del poder intercesor de María, ni de un milagrito más... Hay que leerla a la luz del lenguaje bíblico y de la situación del pueblo.

Se habla de un banquete de bodas, y en el lenguaje bíblico las bodas siempre evocan el desposorio de Dios con su pueblo, o sea la religiosidad.

El agua, se dice, se hallaba en las tinajas para la purificación. La religiosidad judía había quedado reducida a lo puro y lo impuro, lo permitido y lo prohibido.
El vino, sin embargo, evoca siempre la fiesta, la alegría.
Por eso, la conversión del agua en vino indica que la religiosidad ha de basarse en el encuentro gozoso con Dios, presente en la historia humana, y en la comunión con los demás. La alianza, la boda, de Dios con su pueblo se había reducido a una boda sin vino, sin alegría. Había caído en la rutina del ritualismo. Por eso, a la vez, la presencia de Maria, mujer judía, simboliza el nuevo Israel que se desposa con Dios. María sólo aparece dos veces en el evangelio de Juan: aquí y al pie de la cruz, y en ambas Jesús le llama mujer, no madre, porque quiere recalcar su intervención en la historia de la salvación. María es el resto de Israel que empuja a Jesús a manifestarse ya.

Y la diversa calidad de los vinos, reservando el bueno para el final, muestra que, en efecto, en la gran fiesta del banquete mesiánico, la plenitud sólo vendrá al final. Cuando Jesús le dice a su madre que aún no ha llegado su hora, se refiere a que la glorificación del Hijo del Hombre será también al final de su vida. Jesús, con su gesto, manifiesta su gloria; pero su hora, la hora de la glorificación plena, no será hasta el final de la historia.

Todos nosotros estamos invitados a la boda, a la alianza de Dios con la humanidad, y todos podemos saborear el vino de la alegría de la fe: felices porque hemos creído. Pero para hacer activa nuestra fe habrá que hacer lo que El nos diga.